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Para crear requisitos de proyecto precisos, los analistas empresariales deben identificar primero las necesidades de una empresa concreta. La necesidad empresarial en sí es un vector general que apunta a un producto y que viene dado por un problema (por ejemplo, la mala coordinación de los mensajeros en un servicio de reparto) o una oportunidad (como crear una forma más cómoda y segura de realizar pagos en línea en comparación con la competencia).
Esta necesidad empresarial tan básica muestra la dirección general en la que quiere ir la empresa y cómo debe ayudar el software. Se trata de un punto vital que los analistas de negocio tienen siempre presente a la hora de crear los requisitos del proyecto, y adaptan toda la documentación para satisfacerlo.
Uno de nuestros clientes quería construir su propia plataforma DeFi (finanzas descentralizadas) operada por un token personalizado y con una funcionalidad bastante amplia. Al principio, no querían contar con un analista de negocio, así que empezamos a trabajar solo con un gestor de proyectos, un diseñador y varios desarrolladores de software.
Resultó que el proyecto no podía desarrollarse de esta manera y el equipo pasó mucho tiempo celebrando reuniones periódicas porque el cliente no podía aportar requisitos claros para el proyecto. Como sabíamos que este enfoque no iba a dar resultados, sugerimos encarecidamente trabajar con uno de nuestros Business Analysts.
Nuestro cliente aceptó este experimento y empezó a trabajar estrechamente con nuestro especialista en BA. Como resultado, quedaron gratamente sorprendidos por la rapidez con que todas sus ideas y objetivos se convirtieron en requisitos claros y tareas directas repartidas entre todo el equipo. El proceso de desarrollo empezó a acelerarse y la comunicación frecuente se hizo innecesaria. A partir de ese momento no se perdieron tiempo ni recursos por malentendidos, y el proyecto avanza activamente.
Por ahora, el producto está fuera de la fase beta y estamos trabajando para añadir nuevas funciones y módulos con el fin de construir todo un ecosistema para el producto.
Teníamos un cliente que quería desarrollar una aplicación móvil desde cero. Antes de contactar con nosotros, estaban trabajando en ello con un par de amigos, uno era diseñador y otro desarrollador móvil.
Tras revisar el proyecto, nuestros expertos observaron que el propietario del producto describió el concepto de la aplicación al equipo, el diseñador creó maquetas y el desarrollador implementó la funcionalidad. Durante el proceso de pruebas, descubrieron que le faltaban varias funciones más y que algunas de las presentes se habían implementado incorrectamente, por lo que tuvieron que volver a empezar.
Sugerimos intentar trabajar con un analista de negocio como parte del equipo. Al principio, el cliente rechazó esta propuesta. Cuando finalmente decidieron aumentar el equipo existente con un especialista en BA, el trabajo se puso en marcha. Al cabo de un mes de trabajar con un analista de negocio, el cliente se dio cuenta de lo eficaz y estructurado que se había vuelto el proceso.
Ya no hubo necesidad de hacer docenas de diseños diferentes para el proyecto, ni de rediseñar la solución y reelaborar su funcionalidad. Como resultado, el coste de desarrollo de la aplicación se redujo considerablemente.
Innowise tiene varios proyectos (tanto en curso como finalizados) en los que los analistas empresariales actúan también como gestores de proyectos.
Gracias a su profundo conocimiento de las especificaciones y procesos del proyecto, los analistas de negocio saben qué tareas priorizar y cómo resolver determinados problemas. Cuando se trata de equipos de desarrollo pequeños (alrededor de 5-7 personas), en Innowise recomendamos aumentar los equipos con analistas de negocio. En proyectos grandes, existe una alta probabilidad de que un BA esté ocupado a tiempo completo con tareas, requisitos y otras funciones de BA. Para este tipo de proyectos, sugerimos contar con un gestor de proyectos dedicado.
En los proyectos ágiles, un analista de negocio puede ser un salvavidas. Mientras que el propietario del producto, las partes interesadas y el equipo de desarrollo piensan a lo grande, los analistas de negocio descomponen fácilmente estas grandes ideas en pequeñas tareas. Dado que la agilidad se basa en la mejora constante a través de versiones pequeñas y frecuentes, esto permite señalar la funcionalidad básica necesaria para una prueba de concepto o un producto MVP sin características redundantes.
Además de ahorrar tiempo y esfuerzo a la hora de lanzar la primera iteración del producto, los analistas de negocio también organizan y programan las próximas versiones del proyecto, lo que ahorra tiempo de gestión del proyecto y reduce las repeticiones.
Además, los especialistas en business analysis proporcionan al equipo requisitos de características y criterios de aceptación claros, lo que agiliza el proceso de aseguramiento de la calidad.
Tanto los analistas de negocio como los gestores de proyectos desempeñan un papel importante en el ciclo de vida del desarrollo de software.
Aunque a primera vista puedan parecer similares, su funcionalidad es bastante diferente si se comparan en profundidad.
Aunque ambos especialistas se encargan de la comunicación con el cliente y el equipo de desarrollo, sus funciones son distintas. Los jefes de proyecto son una especie de supervisores del equipo que se aseguran de que todo vaya según lo previsto y de que no haya obstáculos que impidan avanzar.
La comunicación del analista de negocio con el cliente y el equipo tiene una finalidad completamente distinta. Recopilan toda la información posible para procesarla y convertirla en requisitos, instrucciones y criterios de aceptación claros.
En consecuencia, los analistas de negocio proporcionan tanto al equipo como a las partes interesadas una documentación fácil de entender y visualizar incluso cuando la solución se encuentra en la fase de concepto.
Así, mientras que los jefes de proyecto cubren los procesos de desarrollo desde el lado de la comunicación, ya que es su función principal, los analistas de negocio utilizan la comunicación como herramienta para desempeñar su función principal: preparar una documentación clara del proyecto.
Las estadísticas dicen que en la mayoría de los casos un proyecto de TI fracasará o incurrirá en gastos innecesarios si no hay un analista de negocio a bordo.
No podemos decir que no haya ninguna posibilidad de éxito, pero cuando desarrollamos software siempre intentamos ofrecer a nuestros clientes los servicios y marcos de desarrollo de software más fiables y eficaces. Así que le recomendamos encarecidamente que considere la posibilidad de contar con un analista de negocio en su equipo.
Pero la elección final depende de usted. Si se siente capaz de gestionar los procesos de desarrollo de software en términos de documentación y requisitos, sin duda puede intentarlo. Y si algo sale mal, nuestro equipo siempre está aquí para cubrir sus necesidades.
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Una vez recibida y procesada su solicitud, nos pondremos en contacto con usted para detallar las necesidades de su proyecto y firmar un acuerdo de confidencialidad que garantice la confidencialidad de la información.
Después de examinar los requisitos, nuestros analistas y desarrolladores elaboran una propuesta de proyecto con el alcance de las obras, el tamaño del equipo, el tiempo y las estimaciones de costos.
Concertamos una reunión con usted para discutir la oferta y llegar a un acuerdo.
Firmamos un contrato y comenzamos a trabajar en su proyecto lo más rápido posible.
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